“Doctor, usted me acaba de salvar la vida”, le dijo el reo Gonzalo Giri al camarista Pedro Roldán Vázquez cuando lo vio ingresar al penal de Villa Urquiza, el sábado por la mañana. El magistrado se presentó personalmente en la cárcel para averiguar por qué no lo habían trasladado a otro lugar, como había ordenado. El magistrado había tomado esa decisión por pedido de la Justicia Federal, ya que el recluso había ampliado su denuncia en contra del personal de Villa Urquiza por el tráfico de drogas en la unidad y denunciado amenazas. No sólo no se cumplió su orden, sino que confirmó que recibió una feroz golpiza.
No es un relato de ficción. Otra vez quedaron en evidencia las irregularidades que se producen dentro de esos cuatro muros. Otra vez fueron probados los apremios ilegales que padecen los internos que se animan a denunciar lo que pasa allí. Otra vez los reclusos que alimentan con sus dichos las investigaciones para acabar con el negocio de droga, son golpeados sin que sepa quiénes son los autores, aunque todas las sospechas apuntan a los guardiacárceles. Otra vez se produjo un caso de desobediencia judicial, pero en esta oportunidad no terminó en homicidio, como sucedió con el preso Sebastián Medina (Ver aparte). Fue así porque un juez se presentó a ver qué estaba sucediendo.
Autoridades aseguran que el reo se peleó con los guardiasLa trama de esta historia comenzó a develarse en enero pasado, cuando Giri y un compañero de encierro denunciaron públicamente que habían sido torturados por negarse a vender drogas en el penal. Tanto la Justicia ordinaria como la Federal confirmaron sus dichos con exámenes médicos. Los funcionarios judiciales locales ordenaron una pesquisa por apremios; mientras que los nacionales, por tráfico de estupefacientes. Todos, con diferentes oficios y planteos, ordenaron que fueran protegidos.
El ataque
Ambos reclusos solicitaron ampliar su denuncia ante el fiscal federal Pablo Camuña. I.A.L., el otro recluso, declaró el miércoles; Giri, el viernes. En sus presentaciones, denunciaron que recibían amenazas y que eran víctimas de apremios ilegales por parte de los guardias del penal. El investigador, con la aprobación del juez Daniel Bejas, pidió nuevamente protección para ambos.
Roldán Vázquez, que tiene a su cargo a Giri, mediante un oficio pidió que el preso sea trasladado el viernes por la tarde a la seccional 1ª. Al no cumplirse su orden, el magistrado se presentó el sábado por la mañana en el penal para averiguar qué había sucedido. Allí, el reo denunció que había sido castigado.
Un crimen que está vinculado al tráfico de sustancias“El sábado, como a las 11, entre unos 15 guardicárceles comenzaron a golpearnos. A mi compañero le pegaron en el ojo y ahora podría perderlo. Cuando se enteraron de que venía el juez, se acomodaron la ropa e hicieron como si nada hubiera pasado. Me dijeron que me van a matar si sigo con las denuncias”, le dijo el preso al magistrado.
Giri, según consta en el expediente, señaló que la golpiza que recibieron fue por la denuncia que vienen realizando sobre el tráfico de estupefacientes. “Dije que uno de los lugares por donde ingresaba la sustancia era la panadería y, al poco tiempo, secuestraron pastillas allí. También conté que en la Unidad 1 y en la 2 se vende marihuana y cocaína”, le expresó al camarista.
Roldán Vázquez pidió que el preso sea revisado por el médico de ña Policía y por el del Poder Judicial. El estudio del forense habría sido claro: Giri presentaba hematomas en diferentes partes del cuerpo, por lo que recomendó que se le hicieran estudios más profundos.
“Estamos esperando los resultados, pero, en principio, además de los golpes, tendría al menos dos costillas fracturadas. También solicitamos que se le realice una tomografía, ya que sospechamos que podría haber sufrido hundimiento de cráneo”, señaló Gustavo Morales, defensor del acusado.
“Este no sólo es un caso de una gravedad institucional sin precedentes, sino que es mucho más que preocupante que mi otro defendido continúe alojado en el penal. Ambos tenían medidas de protección, pero está muy en claro que a las autoridades de Institutos Penales no les ha importado absolutamente nada”, agregó el profesional.
Irregularidades
Este caso dejó al descubierto varias irregularidades. La Justicia Federal había realizado dos pedidos concretos a las autoridades del servicio penitenciario. Habían solicitado que se protegiera a ambos testigos y que no sean trasladados a otra unidad. Ahora no sólo se confirmó que, pese a la orden vigente, fueron golpeados, sino que desde hace varias semanas habían sido alojados en la unidad 9, conocida como de “Máxima Seguridad”. “Nos llevaron ahí y nos castigaban todo el tiempo. Prácticamente no nos dan de comer y tampoco nos dan agua. Nos tienen encerrados y aislados 23 horas por día. Además nos viven castigando”, denunció Giri. “Ahora dicen que a mí me encontraron una faca hecha con un cepillo de dientes y una hoja de afeitar. Pero eso es imposible, porque no hay esas cosas en la unidad. Además estamos totalmente aislados”, agregó.
Roldán Vázquez se encargó personalmente de vigilar que se realice el traslado del preso a la seccional 1ª. El otro interno, en cambio, espera que se resuelva qué magistrado se hará cargo de su protección. En principio, debería ser Roberto Guyot, juez de Ejecución de Sentencia, pero, al estar recusado, no puede actuar. Por ello, el caso debería quedar en manos de Francisco Pisa. “I.A.L por derecho propio, demandó el caso, pero hasta el momento no se lo citó para que ratificara la denuncia y tampoco fue enviado para ser revisado por un médico forense. Por eso, presentaremos un recurso ante la Cámara de Apelaciones”, adelantó Morales.
Las próximas horas serán clave en el caso. Camuña adelantó que ya enviaron al Ministerio Público Fiscal una copia del expediente judicial para que analice si corresponde iniciar una investigación penal por desobediencia judicial y por los apremios ilegales que sufrió al menos Giri, teniendo en cuenta el informe del médico forense. Correspondería, además, que la Justicia dicte una resolución sobre lo ocurrido y que también se explique la situación del preso que aún permanece en el penal de Villa Urquiza.
“Esto no puede seguir así. Día a día se va confirmando que mis defendidos no se equivocaron. En la cárcel hay organizaciones dedicadas a la venta de drogas y que están dispuestas a hacer cualquier cosa para evitar que se frene el negocio”, concluyó Morales.
Polémica visita
Personal del penal fue a corroborar el estado del encierro de Giri en la Seccional Primera
El camarista Pedro Roldán Vázquez (foto en el centro), después de hablar con las autoridades de la fuerza, decidió que Gonzalo Giri, el reo que viene denunciando la venta de drogas en el penal, sea alojado en la seccional 1ª para estar más protegido. Según confiaron fuentes judiciales, el magistrado pidió que en lo posible el denunciante no comparta el calabozo con otra persona y que sea protegido durante las 24 horas. Sin embargo, se habría presentado personal de Institutos Penales para dar instrucciones sobre las condiciones de encierro del recluso.
“Escuché que le decían que tenga mucho cuidado porque me había intentado fugar de la seccional 4ª, cuando en realidad, nunca estuve detenido en esa dependencia”, explicó Giri. Al enterarse de lo sucedido, el magistrado pidió expresamente que ese incidente quedara debidamente documentado en el libro de Novedades de la comisaría y les advirtió a sus jefes que ellos son los únicos responsables de la integridad física del detenido.